Por Jesús González.
Transcurrido el primer trimestre del año 2021 y, al realizar un breve balance de la Asamblea Nacional (AN), electa para el período del 2021 al 2025, en materia de legislación económica, el resultado es el poco o casi nulo avance en procura de aportar a la solución del problema de alta inflación en el país y, toda la oferta electoral de abordar el tema salarial y prestaciones sociales del trabajador venezolano, ha hecho aguas.
Al parecer, las propuestas que están en la mesa surgidas de una consulta realizada por los candidatos del Psuv durante la campaña electoral duermen el sueño del olvido en los escritorios de los diputados del área económica, mientras la inmensa mayoría de los venezolanos tenemos que conformarnos con bonos que llegan aleatoriamente que no solucionan el problema de fondo que es la baja capacidad adquisitiva de pueblo trabajador. Salarios pírricos que no se corresponden con la realidad de una economía totalmente indexada al dólar especulador, menos el salario del trabajador y pensionados.
Tanto la bancada opositora con sus 21 diputados y la del Psuv que posee la mayoría absoluta, no han hecho más que mantener el ofrecimiento de atacar el problema con una retórica discursiva que busca mantener esperanzado al pueblo ya cansado de discursos; lo que han hecho, hasta ahora la AN, es diluirse en debates que poco han interesado al grueso de los ciudadanos que deben batallar cada día para poner en sus mesas los pocos alimentos a los que pueden acceder, problemas acentuados por la pandemia de la COVID-19. No quiero decir que los temas tratados no tengan importancia pero la prioridad de los venezolanos es el tema económico, la economía real, la de cada día. No veo todavía la luz en túnel.
Nos preguntamos con mucha incertidumbre ¿Qué está pasando con la propuesta de indexación salarial sostenida por el diputado Tony Bozas? ¿Por qué no se ha discutido? ¿Qué pasa con las propuestas de la Prof. Pascualina Curcio sobre la creación del Bolívar Oro y otras que están circulando? Los venezolanos esperamos del parlamento nacional una discusión seria y desembarazada de prejuicios con todos los sectores que logre despejar el camino para ir superando el bloqueo económico y financiero que sufre el país auspiciado por el gobierno estadounidense utilizando a la extrema derecha venezolana.
Urge abordar una agenda legislativa que pueda orientar al país hacia la recuperación económica, contribuir con la elaboración de políticas en materia salarial que otorgue a los trabajadores capacidad para sufragar, al menos, los gastos mínimos del hogar, es apremiante elaborar políticas que permitan la recuperación de nuestro sistema de prestaciones sociales, abatiendo la inflación, especialmente en los precios de la canasta alimentaria, detener la especulación orgánica y rampante que golpea aún más a la clase trabajadora, frenando los efectos desastrosos del dólar especulador. Es inaplazable que el ejecutivo elabore políticas monetarias que detengan el nefasto impacto del dólar criminal, sin duda, mecanismo del gobierno estadounidense y sus aliados para destruir nuestro signo monetario. El país posee los recursos naturales, materiales, logísticos y el talento humano necesario para hacerlo, ha quedado más que demostrado. ¡Hagámoslo, diputados y diputados! Atacar a fondo el problema económico es un clamor del pueblo venezolano. Están en mora camaradas.